jueves, 9 de julio de 2015

El tigre en Times Square

El protagonista de la siguiente historia habla de un tigre agresivo que llegará a Times Square, el cual amenaza con acabar con la sociedad. Pero, ¿cómo es que el protagonista sabe eso? ¿Es cierto lo que dice?






El tigre en Times Square


Las pantallas de Times Square me ponían a alucinar. Asombrosas. La iluminación de las luces hacía brillar las calles con una claridad encantadora mientras pensaba: ¡Y es de madrugada! Blancos. Asiáticos. Negros. Latinos. Hindúes. Musulmanes. Después de las luces, cuando fue complicado dar el siguiente paso, percibí a las personas. El tigre. Tres negros bromeando. El tigre, endemoniadamente feroz, viene recorriendo Broadway desde el parque de Union Square. Salió del zoológico del Bronx. Nadie se dio cuenta. Empezó a desarrollarse durante el camino, el cuerpo colosal. Las calles de manhattan se ven como en television. Creo que el tigre iba a viajar en subway pero rechazó la idea. Por eso de los transbordos. Buena decisión. Anda por las calles. Pocos lo ven. Estábamos en Estados Unidos a. Pero cuando las personas ven al tigre, se asustan, intentan correr  y el tigre ya los tiene en su boca. Ha cruzado la Quinta Avenida. Nadie podrá con el tigre. La verdad es que estas luces nos están encantando, nos están devorando, nos tienen embobados. El tigre dijo que otros animales del zoológico llegarían después. Habló de gacelas y cocodrilos. Aunque no han confirmado asistencia. Pero el tigre sabe de lo que habla.
El humor entre la sociedad neoyorkina hacía preguntarme: “Ok, ¿por qué llego a deprimirme con tanta frecuencia, si la vida es tan animada?”. La depresión en Estados Unidos no existe a. No en Nueva York. Eso parece.

Cuando dije aquello, salió una noticia en los periódicos The New York Times y The Wall Street Journal:

90% de la sociedad neoyorkina padece depresión, según la NYU                                                                                           
El estudio se hizo con habitantes y turistas                                                                             
El 10% lo completan empleados de tiendas y vagabundos


Y quizá también lo completaban los pájaros, que eran un poco mensos. No saben volar. Te pueden volar la cabeza. Pero no parecían deprimidos.

El tigre va por la Sexta Avenida. Se acerca. Está hambriento. A veces nos olvidamos del tigre (quienes lo conocen). Entre tantos anuncios, tantas tiendas, tantas luces relucientes, tantas pizzas, tanto ambiente, lo olvidamos. Parece que el tigre hará de las suyas y se dejará ver en la gran pantalla. Y mandará un mensaje. Parece que yo sé mucho de esto. ¿Cómo es que sé tanto sobre el tigre? Diversiones. Las luces piden diversión. Aquí unos edificios 1, acá otros edificios 4, allá más edificios 3, aquí unos edificios 2, etc. Fotografías de pantallas coloridas. ¿Cómo hacer algo en contra del tigre? ¿Cómo combatirlo sin parecer un revolucionario? (La verdad es que los revolucionarios ya tienen mala imagen). El tigre ya viene por la Calle 37, como un auténtico depredador. No queremos al tigre. Si llega el tigre, las luces de Times Square se apagarán, las personas tomarán sus vidas y regresarán a casa para ver qué hacen. Aburrimiento. Vacío. Suicidios. Vamos a replantearnos la situación de pobreza mundial y a considerar los excesos del consumismo. 

En aquel momento, la decisión más justa y acertada que debía tomarse era que el tigre no llegará a Times Square. ¿Qué puedo hacer yo? ¿Tengo comunicación con el tigre? ¿Le puedo decir, no? La verdad es que no conozco al tigre: sólo me acuerdo de él. La velocidad del tigre es de 120 km/h. Tiene hambre. El retrato de nuestras vidas en las pantallas. ¿Qué más quiero si toda la cultura pop se reúne en una calle? ¿Por qué critico? ¿Por qué hablo del tigre? ¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué encuentro una excusa para cualquier cosa? El tigre llegó a la Calle 39. Pasó dos calles repentinamente. Iba atacando a quien se encontrará: niños japoneses, negros con cuerpo temible, el egipcio del puesto de comida. Se lanzaba hacia todos, dejando heridos. Puede con todos. Algunas personas entraban en su boca. Las personas vamos corriendo y entrando a tiendas. La gran pantalla muestra la masacre. El tigre se adueno de las pantallas. Es un tigre malo. Se acerca a las mesas de La Plaza. Familias completas entran a la boca del tigre. La policía de Nueva York se acerca pero los avienta con tan sólo ir hacia él: vuelan como en una explosión. Atrás venían grupos de gacelas. Somos menos. Es un hecho que los visitantes de Times Square no sabían de la existencia de otros visitantes en Times Square. El tigre habla inglés. Debería inventar un idioma que hablemos todos. Ya que tiene tanto poder y se anima a atacar. Porque cada quien habla su idioma y eso, mmm... luego es incómodo.

Es El Tigre quien va a poner las reglas, no ustedes, ¿ok?, dice por la gran pantalla con voz de monstruo. ¡Oh, habló en español! 

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